El espíritu solidario que impulsó la idea de la Minga alentó a numerosos visitantes de la feria para concurrir el sábado a la Escuela Presidente Roca a aportar su granito de arena o –mejor dicho- su hebrita de hilo.
Fueron muchas las personas que hicieron posible la concreción de esta idea, presentada ante el Programa de Becas para Proyectos Grupales del Fondo Nacional de las Artes.
Entonces, nuestro primer reconocimiento –y agradecimiento- a la siempre presente, alentando y orientando nuestra labor, Mirtha Presas, Directora del Fondo Nacional de las Artes.
En la Feria, la labor de Carlos Leonardi, sumada a la eficiencia y cordialidad de Verónica Baiz, coordinadora de talleres, fue imprescindible para lograr salir delante de todas las dificultades, para enseñarnos y explicarnos todo lo que no entendimos o no supimos hacer.
Ni hablar de nuestro gran amigo y maestro, Horacio Jáuregui Lorda, prodigándose en todas las tareas posibles y aportando casi una decena de ruecas que estuvieron girando durante toda la jornada.
Entre todos los mingueros solidarios, debería mencionar a cada uno de ellos; pero en dos personas queremos sintetizar el espìritu de esta minga:
En la Feria, la labor de Carlos Leonardi, sumada a la eficiencia y cordialidad de Verónica Baiz, coordinadora de talleres, fue imprescindible para lograr salir delante de todas las dificultades, para enseñarnos y explicarnos todo lo que no entendimos o no supimos hacer.
Ni hablar de nuestro gran amigo y maestro, Horacio Jáuregui Lorda, prodigándose en todas las tareas posibles y aportando casi una decena de ruecas que estuvieron girando durante toda la jornada.
Entre todos los mingueros solidarios, debería mencionar a cada uno de ellos; pero en dos personas queremos sintetizar el espìritu de esta minga:
Allí estuvo don Benito, durante toda la jornada, hilando como el que más compartiendo y contando mil anécdotas para algarabía de todos.
Y también, sintetizar a todos los hilanderos en la figura de Prascedes Maza, esta maravillosa mujer y gran amiga, que se llegó con sus maderitas de palo santo, su caja y su Whipala, para ofrendar un fueguito a la Pachamama, propiciando la labor fecunda y solidaria de esta minga, cantando las coplas de su tierra originaria.
Quedan las anécdotas, el lindo recuerdo que dejó cada hilandero, venido desde tan remotos parajes en la Patagonia o en el Altiplano. Queda la grata visita del Embajador del Japón y el Sr Cónsul Honorario y Agregado Cultural en Córdoba. Ambos se congratularon por nuestro humilde esfuerzo y nos invitaron a realizar en un futuro próximo acciones similares donde también se resalten valores como la solidaridad y el trabajo comunitario.
En fin, quedan las renovadas ganas de repetir la Minga, quizàs en La Rioja, como nos pidió Doña Ramona Frescura o, por qué no, volver quizás el año entrante a Cosquín, con una Minga mayor y más federal aún.
Por cierto, la lana hilada entre todos, por decisión de las autoridades de la Feria, fue donada a la Escuela Francisco Mieres de la misma ciudad de Cosquín.
Nos queda la satisfacción de haber llegado, pero especialmente de haber compartido vivencias con tanta gente linda y solidaria; los que, apenas enterados del objetivo de la Minga, adhirieron sin preguntar mas, dejando horas de su tiempo para elaborar su hilo; no importa qué cantidad o qué calidad: sólo el gesto de hacer algo por el otro, fue la premisa fundamental...
Por cierto, la lana hilada entre todos, por decisión de las autoridades de la Feria, fue donada a la Escuela Francisco Mieres de la misma ciudad de Cosquín.
Nos queda la satisfacción de haber llegado, pero especialmente de haber compartido vivencias con tanta gente linda y solidaria; los que, apenas enterados del objetivo de la Minga, adhirieron sin preguntar mas, dejando horas de su tiempo para elaborar su hilo; no importa qué cantidad o qué calidad: sólo el gesto de hacer algo por el otro, fue la premisa fundamental...
ésta misma nota en Telares del Sur - tejidos con identidad -
FOTOS DE LA MINGA DE HILADOS